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Transformación y esperanza en el corazón de Moravia: El legado de la Fundación Oasis Urbano

En el pintoresco y resiliente barrio Moravia de nuestra Comuna 4, una semilla de transformación llamada Fundación Oasis Urbano, ha echado raíces desde 2017; semilla que ha emergido como un faro de esperanza para miles de personas que se han visto impactadas por ellos, de forma especial, con oportunidades educativas, culturales y sociales para la vida. Desde su formalización en 2021, la organización ha trabajado incansablemente para seguir contribuyendo y fortaleciendo el tejido social de su comunidad.

La Fundación Oasis Urbano, como símbolo de transformación y esperanza para el terruño de Moravia actualmente es liderada por Cielo María Holguín Ramírez, líder comunitaria quien se ganó el honor de ser la directora de este lugar lleno de propósito y sentido social. Pero ella no está sola, a su lado existe un equipo conformado por 15 colaboradores vinculados y muchos más voluntarios, con los cuales co-crean iniciativas positivas en beneficio de la comunidad de Moravia.

“La Fundación existe desde el 2021 que la formalizamos, pero ya veníamos desarrollando acciones en la comunidad desde el año 2017”, cuenta Cielo agregando que: “Nació gracias a un primer proyecto en 2017, cuando mejoramos unas escaleras en la comunidad. Desde entonces, supimos que queríamos seguir trabajando juntos”. Este sencillo, pero significativo gesto, marcó el inicio de una visión que ha trascendido fronteras y cambiado vidas.

Además relata con alegría: “Queríamos soñar a largo plazo y que era necesario, entonces, trabajar para poder gestionar y tener un espacio propio. Y después de un año de trabajo, logramos cumplir el sueño y estamos aquí hoy en la sede propia de la Fundación Oasis Urbano y ya formalizados como Fundación”. Lo que comenzó como un esfuerzo local se convirtió en un sueño colectivo que culminó con la creación de una sede propia, un espacio que hoy alberga una diversidad de proyectos que tocan directamente a unas 3,000 personas e indirectamente a cerca de 10,000.

Una red de colaboración internacional

El impacto de la Fundación Oasis Urbano se extiende más allá de las calles de Moravia, gracias a una colaboración colombo-alemana que conecta arquitectos alemanes, artistas y líderes comunitarios de Moravia. Según Cielo, esta relación surgió gracias al Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, un espacio que describe como “una puerta de conexión con el mundo” y lugar donde pudo darse ese encuentro fructífero entre alemanes y Cielo Holguín, para comenzar a trabajar juntos, y sin pensarlo, tejer esta red transformadora de vidas, llamada Fundación Oasis Urbano.

Además, otro hito importante que aporta al trabajo de ellos como Fundación, es el hecho de que, este esfuerzo se ve enriquecido por la participación de voluntarios nacionales e internacionales, quienes se han sumado a este viaje social y comunitario, aportando sus talentos y conocimientos para consolidar un modelo de cambio que combina educación, cultura, sostenibilidad y desarrollo humano.

En esta alianza, la Fundación ha desarrollado cuatro laboratorios comunitarios de: Regeneración, Arte y Memoria, Cocina y Comunicación Viva Comunitaria. Estos laboratorios no solo transforman espacios, sino que también reconfiguran la vida de quienes participan en ellos. “Trabajamos con niños, jóvenes, adultos y adultos mayores para conectarlos con oportunidades para la vida”, destaca Cielo.

Educación como motor de cambio

Uno de los pilares de la Fundación es la educación. Pues ofrecen clases gratuitas de inglés, portugués y matemáticas para la comunidad. Pero estas no son clases tradicionales; la Fundación utiliza métodos lúdicos y participativos para inspirar pasión por el aprendizaje. “Queremos que amen las matemáticas y que sueñen con estudiar ingeniería. Identificamos que la educación formal tiene muchos vacíos en estas áreas, y queremos cerrar esas brechas”, señala la directora.

El aprendizaje de idiomas es otra prioridad, integrando la enseñanza del idioma con la exploración cultural, ya que Moravia es reconocido por ser visitado por la comunidad extranjera que se enamora de este terruño, como Joshua Nelis de Boer de Ámsterdam, quien comenta que: “Llegué acá a Moravia en febrero de este año para hacer una investigación y conocí a Ángela y Cielo, me enamoré del barrio y comencé a enseñar inglés a los niños como voluntario en la Fundación y entonces regresé a mi país, pero quería volver para hacer una pasantía y volví en octubre y estoy otra vez enseñando inglés a los niños y me siento súper feliz acá en Moravia”.

“Es fascinante cómo podemos conectar con otras culturas y hablar con nuestra propia voz. La comunidad ve que yo puedo hablar inglés y eso los motiva. Es un ejemplo de que los líderes también podemos enseñar, incluso si no somos expertos”, relata Cielo con orgullo.

Empoderamiento femenino

La Fundación también trabaja por el empoderamiento femenino a través de programas como el curso de defensa personal para mujeres entre 10 y 19 años de edad, con el objetivo de fortalecer su autoestima, disciplina y autocuidado en una etapa crucial de sus vidas. Este programa no solo enseña técnicas para protegerse, sino que también promueve el control emocional, la conexión consigo mismas y el aprendizaje de valores culturales orientales, como la disciplina y la resiliencia. 

Ellas me han enseñado muchísimo, es realmente un proceso muy bello de enseñanza aprendizaje de ambas partes, y en particular me llama mucho la atención la fortaleza que ellas han tenido para continuar el proceso ya de un año que llevamos, y he visto cómo muchas se han forjado, de ser muy tímidas muy reservadas con su corporeidad, a ir expresando poco a poco movimientos, de una manera un poco más autónoma, libre, sin la necesidad de sentirse un poco reprimidas por lo que está bien o no hacer desde la feminidad”, relata Diego Camargo Rivas, profesor de artes marciales del programa de defensa personal.

“Queremos empoderar a nuestras niñas para que se sientan seguras, fuertes y preparadas para tomar decisiones acertadas en un entorno lleno de desafíos”, destaca Cielo Holguín. Este espacio, más allá de la autodefensa, busca convertirse en un refugio donde las jóvenes puedan crecer emocionalmente y fortalecer su confianza para enfrentar el futuro.

Alimentación consciente y comunión en la cocina

El laboratorio de cocina de la Fundación Oasis Urbano es mucho más que un espacio para aprender a cocinar; es un lugar donde se cultiva la alimentación consciente, el autocuidado y la conexión comunitaria. Este laboratorio reúne a personas de todas las edades, desde jóvenes hasta adultos mayores, en un ejercicio de aprendizaje y colaboración mutua. “La cocina es libertad y comunión. Cocinar juntos es un pretexto para encontrarnos, compartir historias y enriquecer nuestra oralidad”, explica Cielo María Holguín Ramírez, directora de la Fundación.

En este espacio, se promueve un enfoque integral hacia la alimentación, basado en el equilibrio y la diversidad. Según Holguín, la meta no es imponer conceptos rígidos de lo “saludable”, sino enseñar a valorar los nutrientes y respetar las tradiciones culinarias. “Todo lo que hace bien a la mente, al corazón y al cuerpo es saludable”, afirma. De esta manera, los participantes no solo aprenden a preparar platos deliciosos, sino también a apreciar su significado cultural y emocional, reforzando los lazos con sus raíces y con sus familias.

Además, el laboratorio fomenta la convivencia intergeneracional, integrando a jóvenes y adultos mayores en un proceso de aprendizaje compartido. Aquí se destaca la importancia de preparar y disfrutar los alimentos en comunidad, creando un espacio para el diálogo y la conexión. “Cocinar con otros potencia las conversaciones que a veces escasean y nos brinda el regalo más importante: comer juntos”, señala Holguín. En cada receta y encuentro, este laboratorio se convierte en un puente que une generaciones, valores y saberes, enriqueciendo la vida de los participantes y de la comunidad en general.

Reimaginando el espacio público

Otro frente crucial de la Fundación es la mejora del espacio público en Moravia. Su enfoque en la arquitectura sostenible ha dado vida a proyectos, como el del parque lineal La Bermejala, un espacio verde de casi 600 metros que está siendo transformado gradualmente. “Mejoramos el parque frente a nuestra sede y la plazoleta de la Junta de Acción Comunal. Poco a poco, queremos intervenir toda el área, porque sabemos que tiene mucho potencial”, comenta la directora de la Fundación.

Finalmente, la Fundación Oasis Urbano no solo transforma espacios, sino también vidas; es un faro de esperanza que ilumina los caminos de quienes buscan oportunidades y crecimiento en comunidad. Cada proyecto, cada sonrisa y cada encuentro son un testimonio del poder de soñar juntos y trabajar por un futuro más justo y solidario. “Nos dedicamos a conectar a las personas con oportunidades para la vida”, dice Cielo Holguín, y esta declaración resuena en cada rincón de Moravia, donde la fundación siembra semillas de cambio, construye puentes entre generaciones y demuestra que la fuerza del amor y la colaboración puede cambiar el mundo, un paso a la vez.

Este producto es realizado con recursos públicos priorizados por los habitantes de la Comuna 4 -Aranjuez, a través del Programa de Planeación de Desarrollo Local y Presupuesto Participativo del Distrito de Medellín.

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