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Andareguiar: un verbo que invita a caminar

Andareguiar es más que una palabra. Es una acción, una manera de mirar y recorrer el territorio desde los pasos, las memorias y las voces que lo habitan. Nació como concepto de encuentro, pero se convirtió en un verbo que sintetiza nuestra forma de comunicar y de estar juntos: caminar para reconocernos, escuchar para comprendernos y narrar para transformarnos.

En septiembre de 2025, desde La Cuarta Estación, emprendimos dos recorridos culturales y comunitarios por lugares emblemáticos de la Comuna 4 – Aranjuez, en el marco del proyecto Andareguiando Aranjuez: el camino hacia un turismo responsable. Más de cien personas —entre vecinos, adultos mayores, jóvenes estudiantes y representantes de organizaciones sociales— se sumaron a esta experiencia que unió el arte, la historia y el sentido de pertenencia como hilos para tejer comunidad.

Caminar como acto simbólico y político

Andareguiar también es un gesto político. En una ciudad donde el turismo suele concentrarse en ciertos puntos del mapa, caminar por Aranjuez es una forma de resistencia: un modo de decir “aquí estamos”, de visibilizar lo que no siempre se cuenta, de narrar lo cotidiano como patrimonio.

Durante los recorridos, escuchamos historias que nos recordaron que cada cuadra, cada casa y cada mural guarda una memoria viva. Como expresó la estudiante Alexa Úsuga, del Colegio Mayor de Antioquia:

“Caminar por Aranjuez fue entender que la comunicación no solo está en los medios, sino también en las personas, en sus gestos, en cómo habitan y cuentan su historia. Este recorrido me permitió mirar el territorio con otros ojos”.

Esa mirada colectiva fue lo que dio sentido al verbo andareguiar: un proceso que no solo recorre el espacio, sino que también activa la memoria y resignifica el presente.

Aprendizajes que florecen en comunidad

La experiencia nos permitió comprender que el turismo comunitario puede ser también un espacio educativo, emocional y social. Desde los jardines del Vivero Ave del Paraíso, pasando por la energía creativa de Todos Hacemos Cultura (THC), hasta la vocación social de la Corporación Llevate Alguito Pues, cada parada reveló la fuerza de las comunidades que transforman sus territorios con arte, sostenibilidad y trabajo colectivo.

“Nos llevamos más de lo que esperábamos”, comentó Paulina Mejía, participante del recorrido.
“Uno llega con la idea de conocer lugares, pero termina conociendo personas que han dedicado su vida a cuidar y mejorar el barrio. Eso te cambia la manera de entender la comunicación y la ciudad”.

Estos recorridos se convirtieron en aulas abiertas, donde los estudiantes y habitantes compartieron saberes, reflexiones y emociones. Cada paso fue una conversación, cada esquina una lección sobre la importancia de habitar con sentido.

El turismo comunitario como herramienta de transformación social

El turismo en Medellín ha crecido de manera acelerada: según datos del Observatorio de Turismo de la Alcaldía de Medellín (2024), la ciudad recibió un 153 % más de viajeros que en 2019, de los cuales el 88% lo hizo por motivos turísticos. Sin embargo, como reflexionamos durante Andareguiando Aranjuez, el verdadero reto no está solo en atraer visitantes, sino en construir un turismo responsable que respete, proteja y promueva las dinámicas locales.

En ese sentido, el turismo comunitario emerge como una herramienta de transformación social. “El turismo no debería ser solo una vitrina”, expresó Claudia Barrientos, integrante de nuestra Escuela de Comunicación Comunitaria. “Debería ser un puente entre quienes habitan y quienes visitan, una oportunidad para aprender mutuamente y fortalecer la confianza en los territorios”.

Este enfoque se materializó durante los recorridos, donde los visitantes no fueron espectadores, sino caminantes activos. Aprendieron del pasado, dialogaron con los vecinos y reconocieron la potencia cultural de una comuna que sigue reinventándose sin perder su esencia.

Memoria, presente y futuro: el legado de Andareguiar

Los recorridos dejaron aprendizajes profundos. Confirmamos que la memoria no es una nostalgia, sino una herramienta viva que orienta el presente. Como dijo Sara Calle, otra participante del recorrido:

“Cuando uno conoce las historias del barrio, lo cuida más. Entiende que los lugares no son solo espacios, sino recuerdos compartidos. Y eso te hace parte de algo más grande”.

Para nosotros, Andareguiar Aranjuez fue también una oportunidad de fortalecer los lazos entre generaciones. Ver a jóvenes universitarios conversando con adultos mayores, escuchando anécdotas y compartiendo perspectivas, reafirmó que la comunicación y el territorio se construyen en plural.

Un cierre que abre caminos

Desde La Cuarta Estación, creemos que comunicar también es andar: un movimiento constante hacia el encuentro, la empatía y la esperanza. Este proyecto nos enseñó que el turismo cultural y comunitario puede ser un motor para reimaginar la ciudad desde adentro, poniendo en valor sus calles, su gente y sus sueños colectivos.

En septiembre, Andareguiar Aranjuez nos recordó que recorrer el territorio es también recorrer nuestra propia historia. Caminamos juntos para reconocernos, para contar lo que somos y para imaginar lo que queremos seguir siendo.

Y aunque la estrategia de movilización y sus recorridos han llegado a su fin para este 2025, el verbo andareguiar sigue vivo —en la memoria, en los aprendizajes y en las próximas historias que contaremos—, porque todas las historias cuentan y todos los caminos nos llevan a encontrarnos.

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