Territorios que cuentan su historia: el valor del turismo comunitario en Aranjuez

A pasos lentos subo la loma que en su filo se corona con el glorioso letrero de “Estación Berlín”. Al llegar, comienzo a preparar mi cámara para la jornada, una Nikon D5600, con una lente que atrapa mucho más que recuerdos. La mañana es joven y veo cómo la luz se dispersa entre los árboles del barrio Las Esmeraldas de la Comuna 4 – Aranjuez. Un grupo creciente de jóvenes sonrientes y adultos curiosos va reuniéndose alrededor de nuestra guía.
“Bienvenidos a Andareguiando Aranjuez, el día de hoy vamos a tener una experiencia que tiene como propósito recorrer y sentir este territorio a través de las historias y memorias de las organizaciones sociales, culturales, ambientales y los emprendimientos que conoceremos”, dice Jennifer Cortés, guía del recorrido que está por iniciar.
Suena la música de Alcolirykoz y el recorrido comienza, vamos loma abajo. Es una aventura conocer de primera mano las historias que echa a rodar el Maestro Luis Fernando Cuartas, por esas escarpadas calles. Hacer turismo comunitario me emociona, siento que la cámara se hace más ligera cuando capturo de cerca los momentos de sorpresa en los rostros de los andariegos que nos acompañan.
El turismo tradicional frente al turismo comunitario
A diferencia del turismo tradicional, el turismo comunitario ofrece una experiencia cercana que sólo las voces locales pueden crear. Escuchar los relatos de la comunidad, envueltos en sus particulares acentos, cadencias y silencios, despierta una emoción que sólo pueden despertarla quienes hablan desde su propia experiencia cuando recuerdan lo vivido. Es un turismo respetuoso, no sólo desde lo ambiental y cultural, sino también desde la autogestión de los recursos patrimoniales y económicos. Es un ejercicio de participación que promueve el cuidado, la memoria
y la construcción colectiva de un tejido social vigoroso.
Aranjuez y la memoria barrial
Arribamos a la unidad productiva de calzado “Todos Hacemos Cultura”, donde el ejemplo de tenacidad y resiliencia le queda a la medida a cada uno de nuestros andariegos. Subo a la terraza y comienzo a capturar los momentos en que la divisa de la ciudad florece y enmarca las historias fundacionales del territorio: la titánica labor del padre Barrientos en San Cayetano, la transformación del basurero municipal en
el barrio Moravia, y cómo el antiguo serpenteo del río Medellín conquistó la mirada de Giuliana Scalaberni, dando inicio a la historia del maestro Pedro Nel Gómez como habitante del territorio y su legado en el corazón de los arancetanos.
El diálogo intergeneracional
Mientras caminamos hacia nuestro próximo destino y el Maestro, de barba blanca y una sabiduría que ya casi alcanza los 68 años, exclama con voz profunda:
“… los mapas no sudan, para conocer una ciudad hay que caminarla”.
Supongo que dicha frase es, en esencia, el fruto de su formación como historiador, de su trayectoria en el sector cultural y su pasión incontenible por “andar la calle”.
Esa frase caló en la mente de la joven Sofía, quien le escuchaba con atención y es por ello que el turismo comunitario fortalece los vínculos entre generaciones, reúne a vecinos, colectivos y organizaciones en la creación de rutas patrimoniales y transforma la forma de concebir el territorio.
Ahora estamos en el barrio Aranjuez. La cámara muestra más de cincuenta obturaciones y el Taller de Cerámica, Vivero y Laboratorio Cultural Ave del Paraíso, se encuentra sólo a unos pasos. Una espiral de baile y hip hop nos estremece, la calle desierta y silenciosa ahora es un lugar vibrante de risas y movimientos sincrónicos. Me emociono, y la cámara dispara en ráfaga.
Economías locales y la sostenibilidad ambiental
Llegamos y al abrirse una gran puerta se descubre ante nuestra vista el verde imponente de cientos de plantas, como si hubiéramos entrado en un universo paralelo, las piezas de cerámica se hornean y amasan del costado izquierdo, mientras a la derecha se exhibe una majestuosa montaña de empanadas argentinas recién preparadas para la ocasión, con receta de la casa.
Descendemos al auditorio, conocemos cómo Damián y su pareja dedicaron tres meses de arduo trabajo en convertir el lugar, que antes fuera un botadero de basura, en un espacio lleno de vida. En Ave del Paraíso las rutas turísticas se consolidan como un circuito de sostenibilidad económica y ambiental, convirtiendo el lugar en referente no sólo del barrio sino de la ciudad.
El turismo comunitario fortalece el turismo responsable porque hace parte de la reconciliación con el territorio, sirve como herramienta pedagógica para conocerlo, reconocer las herencias del pasado y abrazar esa historia como principio para sanar el presente y construir un futuro posible, sostenible, solidario y participativo.
Lo vivido en Andareguiando Aranjuez
Conversando y conversando, llegamos al Centro Cultural Comfama Aranjuez donde las historias fantasmales del antiguo Manicomio Departamental de Antioquia pusieron los pelos de punta a más de uno. Una vez en la Biblioteca, las voces se suceden una tras otra, en expresiones de agradecimiento.
Diana, una mujer oriunda de Zaragoza, Antioquia, lleva 25 años habitando el barrio Moravia. Siente el territorio como parte de sus raíces y cultura, comparte: “Había lugares que no conocía, empezando por la Estación Berlín, tampoco conocía Ave del Paraíso… y este recorrido es muy enriquecedor porque me permite conocer el progreso de la Comuna y sentirme parte de esa evolución me enriquece”.
Kevin, nuestro andariego que vino desde Robledo, disfrutó de percibir la cultura arancetana en los diferentes espacios, por ejemplo, comenta que:
“Cuando caminábamos en la calle y sonaba la música, la gente nos miraba y una que otra persona nos sonrió así no escucharan rap, eso me gustó mucho”.
La joven Sofía, tomó la palabra diciendo:
“Me impactó la clínica de plantas de Ave del Paraíso, su propuesta de ser una guardería para llevarlas cuando uno salga de viaje, es muy bonita. Me voy con la idea de seguir recorriendo no solamente el espacio en que crecí, sino también la ciudad y como dice el Maestro, para conocer una ciudad hay que andarla, hay que caminarla”.
Un llamado a seguir andareguiando juntos
La invitación del proyecto Andareguiando Aranjuez es a confiar en que podemos andar guiando juntos, mediante la participacipación y co-creación de propuestas de turismo comunitario que creen sentidos, den voz a la comunidad y resignifiquen espacios y memorias, generando valor a partir de las historias locales positivas desde la Comunicación Viva Comunitaria.
La Cuarta Estación se consolida como medio de comunicación comunitario integrador, transformador y abierto al público, que promueve el desarrollo sostenible de la economía local mediante estrategias de movilización articuladas con la comunidad, organizaciones e instituciones, fortaleciendo el turismo responsable desde una perspectiva territorial y participativa. No te pierdas nuestras próximas entregas, aún nos quedan cuatro historias más sobre lugares y atractivos que podrás conocer y disfrutar, ¡Andareguiando con nosotros!
La Cuarta Estación se consolida como medio de comunicación comunitario integrador, transformador y abierto al público, que promueve el desarrollo sostenible de la economía local mediante estrategias de movilización articuladas con la comunidad, organizaciones e instituciones, fortaleciendo el turismo responsable desde una perspectiva territorial y participativa. No te pierdas nuestras próximas entregas, aún nos quedan cuatro historias más sobre lugares y atractivos que podrás conocer y disfrutar, ¡Andareguiando con nosotros!
