Entrada: Historias del Gato Cuentacuentos sobre los barrios San Isidro, Palermo y Bermejal Los Álamos

Por Fernando Cuartas

Cuentan los que cuentan, que el gato cuentacuentos se escabullía entre los tejados de Aranjuez a contar de memoria las historias de sus barrios, dicen que iniciaba con un profundo maullido que convocaba a las gentes a escuchar narraciones como estas:

Berlín inicia en lo que hoy en día es Aranjuez parte alta, en una finca de ese mismo nombre. Era una finca enorme de Jacobo Lince, que en 1875 la vendió a Víctor Arango quien la nombró Berlín. Luego paso a Ismael Posada, eran 223 cuadras que compró Manuel de J. Álvarez por quince mil pesos, este urbanista deja el 30 por ciento de la finca para las calles, la plaza, la inspección de policía, la escuela, la iglesia y el acueducto, el cual traería luego desde Santa Helena. Uno de los atractivos era el ser un barrio organizado, con tranvía, vías amplias y antejardines, considerado como el Chapinero de Medellín.

Allí se funda la parroquia de San Francisco de Padua, regentada por los sacerdotes Recoletos, quienes iniciaron la construcción del templo con ayuda de la feligresía en 1929, mientras vivían en la Casa Provincial Hermanas Dominicas de la Presentación, en el barrio los Ángeles. Terminaron el templo en el año de 1961, pero el 20 de mayo de 1976 le cambiaron el nombre por San Nicolás de Tolentino.

Por causa de la derrota nazi en la segunda Guerra Mundial, el nombre de Berlín se cambió por decreto a Lídice, una pequeña población de la antigua Checoeslovaquia destruida por los ejércitos de Hitler. El nombre de Lídice nunca caló en las gentes de nuestro barrio, aunque con el tiempo nos fuimos olvidando del de Berlín y nos quedamos con el sonoro nombre de Aranjuez para todo el territorio, que se extendía desde el Río Medellín al occidente hasta la antigua carretera a Guarne al oriente.

El barrio San Isidro, fue una finca que se fue vendiendo para casas, uno de los vendedores fue el señor Alberto Álvarez, del clan de los Álvarez que compraba tierras y las hacia lotes para urbanizarlas. En un principio se destacaban las casas de Antonio Vélez y Germán Agudelo, como casas grandes para familias numerosas. La familia Mesa Puerta, fue una de las primeras que lo habitaron. Don Jesús Mesa Puerta, recolectó dineros con insignias, bazares, remates, empanadas, fiestas y convites para hacer el templo. Una vez realizada esta titánica labor, él mismo propone a la curia bautizarlo como San Isidro, lo que le da nombre al barrio..

Palermo es otro sector de Aranjuez parte baja. Era un extenso terreno de pomas, barro, chamizas y cascajos. Fue uno de los accesos a Aranjuez desde la Estación del Ferrocarril, hoy estación El Bosque. Los primeros habitantes datan de 1929 y se bañaban en el rio Aburra o río Medellín, cuando era aún muy limpio. Se cocinaba con leña, las casas eran de bahareque y barro, que era abundante en el sector. Las primeras calles fueron en piedra, y se las gentes comían naranjas y pomas a más no poder. Luego de las primeras compras de lotes, dicen que llegaron los “rebuscadores” e invadieron los pantanos, fueron construyendo y luego con el tiempo, legalizando los terrenos.

Más tarde, se fue construyendo con ladrillo a la vista, a lo que se le decía en “material”, por eso fue famoso ese color naranja de los muros pegados con boñiga de vaca y cal, luego con cemento y tierra con arena sacada del rio. Mucho de esto fue hecho por convites, en asociaciones espontaneas de vecinos. No siendo tan ajardinado como Aranjuez, los vecinos han sembrado árboles y han logrado tener aceras con jardines en algunas cuadras.

Los Álamos está relacionado con Bermejal, que fue una finca que quedaba detrás del actual Cementerio Museo San Pedro. Dicho barrio fue fundado por Guillermo Restrepo en 1917, en la finca el Raizal, luego fue creciendo y se trasladó para lo que es hoy Bermejal – Los Álamos. Sus primeras casas eran en tapia y en bahareque, luego fue llegando el ladrillo y el cemento. Aún quedan algunas casas de esa primera época en pie y también la memoria de que muchas de sus calles fueron hechas por construcción vecinal, como una expresión de hermandad.

Terminando lo anterior, el gato cuentacuentos guardó silencio un instante y repitió dulcemente: “como una expresión de hermandad”. Luego, se sonrió complacido mientras daba la vuelta para desaparecer entre los tejados

Este medio es apoyado parcialmente con dineros públicos priorizados por habitantes de la Comuna 4 – Aranjuez, a través del Programa de Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo de la Alcaldía de Medellín

buscar

categorias

te puede interesar:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×
Ir al contenido